Comer despacio
Masticar con calma y tomarse tiempo suficiente en las comidas, haciendo que la digestión sea más fácil.
Evitar las comidas pesadas
El exceso de carnes grasas, azúcar y carbohidratos densos perjudica la digestión. Por esto, principalmente en la cena, es indispensable evitar el consumo de alimentos pesados.
Alimentarse cada 3 horas
Haga que el intestino se mantenga funcionando sin que se sobrecargue, esto evitará a largo plazo una delicada apendicitis
Evitar dormir después de las comidas
Cuando dormimos, automáticamente las funciones del organismo se vuelven más lentas, perjudicando la digestión.
Aumentar el consumo de fibras
Entre los alimentos más ricos en fibra, están: avena, linaza, naranja, frijoles, papaya, ciruela, cebada, granola, lechuga y calabaza.
Beber agua
Ingerir agua es fundamental para mantener las actividades digestivas funcionando correctamente, además de hacer que el organismo quede bien hidratado bebiendo por lo menos 2 litros de agua por día.
Además, es fundamental disminuir drásticamente el consumo de alcohol, cafeína y refrescos, ya que ellos estimulan la formación de gases y comprometen el sistema digestivo.