Estos envases pueden ser en cerámica, plástico u otros materiales, siempre que tengan esos agujeros en la base del mismo, necesarios para el escurrimiento del agua.
Preparar la tierra
Para que la tierra se mantenga fertilizada, es necesario colocar en la base interna del envase ítems como piedritas o pequeños trozos de madera, haciendo que la tierra no escurra.
Después de eso, añadir la tierra en el vaso, revolviendo un poco para que quede lo más «suave» posible. A continuación, hacer un agujero en el centro de la maceta y colocar la muda o la semilla de lechuga.
Obs .: lo ideal es considerar una muda o semilla por maceta, haciendo que la lechuga tenga espacio suficiente para desarrollarse.
Regar correctamente
Para que la lechuga crezca bien firme y verde, es esencial que ella sea regada correctamente. En general, la lechuga necesita mucha agua, siendo recomendada regarla todos los días (para quien vive en lugares más calientes) y día sí día no (para quien vive en lugares más húmedos o fríos). Es importante resaltar que el horario ideal para regar las hortalizas es al final de la tarde, cuando el sol no está tan fuerte.
Abonar la tierra
Además de regar la lechuga, para evitar el surgimiento de agentes naturales que puedan perjudicar la planta, es necesario abonarla correctamente utilizando abonos caseros. «Estos abonos son: borra de café, cáscara de huevo triturada y cáscaras de verdura. Este abono se debe hacer una vez por semana.
Observar el tiempo adecuado de cosechar
En general, la lechuga puede ser cosechada entre 60 y 90 días, cuando las hojas son grandes y voluminosas.