Aunque pocas personas lo saben, el consumo tanto del vino como del jugo de uva presenta excelentes resultados en el control de la diabetes.
El motivo de esto es que estas bebidas contribuyen a controlar los niveles de glucemia (siempre que se ingieren con moderación).
En el caso de las personas que acostumbran beber vino y desean prevenir o combatir la diabetes, es preferible ingerir vino seco, evitando aquellos excesivamente dulces (también llamados suaves).
5 – Combate la depresión
No es casual que el consumo de vino está muy asociado a la alegría. Además de que el vino actúa en la inhibición de los síntomas típicos de la depresión, la bebida ayuda también en el combate a diversas enfermedades que agravan los cuadros depresivos, tales como inflamaciones, problemas cardíacos, etc.
Es importante resaltar que este beneficio se obtiene por medio de dosis moderadas de la bebida, ya que cuando se ingiere con exageración, puede causar daños en el organismo e incluso agravar los síntomas de la depresión.
6 – Previene el cáncer
Aunque muchas personas no se enteran de ello, de acuerdo con investigaciones realizadas en diversos países como Inglaterra, Francia y Grecia, el consumo de vino contribuye a prevenir la formación de tumores cancerígenos en el hígado, el intestino, las mamas y la próstata.