El aceite de ricino hidrata la piel áspera y seca, lo que ayuda a suavizar los callos. Coloque los pies en agua tibia durante unos 10 minutos, frotando con piedra pómez al final. Luego, cubre el área con un pedazo de algodón con aceite de ricino.
Este es otro de los Remedios Caseros Para Callos que le sorprenderá. Corte una cebolla pequeña por la mitad, dejándola sumergida en vinagre blanco hasta cuatro horas. A continuación, aplique esta cebolla empapada con vinagre en el callo, sosteniéndola con algún plástico. Deje que la cebolla actúe en la zona durante toda la noche. Por la mañana, tome una piedra pómez y retire el exceso de piel de la región.
Aplaste seis tabletas de aspirina hasta que quede en polvo. A continuación, añade el jugo de limón (media cucharada) y una pequeña cantidad de agua. Ahora basta con aplicar en el área, cubriendo con plástico, envolviendo una toalla caliente. Se recomienda seguir el procedimiento durante unos 10 minutos.